Autor/a: Yessyka Rengifo

Mi amigo, el gaucho

A Héctor, mi gaucho favorito.

No he tenido tantos amigos, quizás porque me canso rápidamente, de oír idioteces. De seres insensibles, de los herederos de Maquiavelo, y unos cuantos más. Mi amigo, el gaucho. Es un tipo exquisito, de esos que nacen cada vez que Venus y Marte, hacen la tregua. El juego mordaz de sus palabras, asunta a más de uno. Es un especialista, en develar los hipócritas acontecimientos, de este mundo chambón, y jodido. El tiempo, lo ha convertido en un digno discípulo de Calíope. Cuando sea grande, quisiera ser como él.

Mi amigo y yo, solemos tener conversaciones, que van más allá de las barreras del tiempo. Y en esas reflexiones profundas, he aprendido a quererlo. Tanto, que  me asusta, que pueda faltarme. Muchos se preguntan; ¿Cómo puedo querer a un tipo tan acido? Es que pocos han visto su lado tierno, con tanta estupidez, a mi amigo le cuesta mostrarlo. Aunque ustedes no me crean, puedo garantizarles a ojos cerrados, que mi amigo, el gaucho, es dulcecito como la miel. Un sentipensante por naturaleza, un defensor de la verdad. Claro está; que le molestan las boludeces, los boludos. Si usted, tiene el privilegio de penetrar en las profundidades, del corazón de mi amigo. Sabrá, que la ironía es un arma de defensa, ante la idiotez.

Yessika Rengifo