Autor/a: Marie Kondo

Antes de disponer de este libro, me hice eco de las valoraciones o comentarios que distintos escritores hicieron sobre él y sinceramente me quedé un poco con la duda de si merecía la pena leerlo.

El escritor nos pone en cuestión lo que tantas veces nos ha ocurrido en nuestro quehacer diario, basado en el orden en que debemos de afrontar las tantas y tantas cosas que tenemos a nuestro alcance y que no necesitamos ya para nada, de aquellas que en su momento nos servimos de ellas pero que en la actualidad ya son caducas, y que lo procedente sería deshacernos de ellas, así de sencillo.

No se trata de “arrinconar” las cosas para tenerlas ahí sin uso alguno, sino de tener las necesarias con la ventaja que supone tener más espacio, más visible el entorno, en definitiva más orden y porque no decirlo para saber donde tengo aquella que en ese momento necesito y que desconozco donde está porque no la encuentro.

Tengo que agradecer a Mari Kondo, el que me haya hecho reflexionar y poner su método en práctica y estoy seguro de que el resultado será positivo. Ya he comenzado a ponerlo sobre la realidad poco a poco y estoy pasando satisfactoriamente de ese momento tan decisorio (de definir sin más contemplaciones) lo que ya no “vale”.

Tengo que reconocer que apartar lo inservible me ha supuesto acudir a la nostalgia de ciertas cosas y rememorar con aquellas que si tuvieron su interés. También quiero expresar mi desacuerdo con la mala, más bien penosa, traducción de los textos en castellano, se tenían que haber molestado algo más y expresar los contenidos con una traducción más aproximada a las expresiones lingüísticas de nuestro rico idioma.

En cuanto a las referencias filosóficas de los sentimientos a los que alude Mari Kondo debemos de alejarnos un poquito porque no me parece lo más acertado.

 

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